The first Sunday is actually the Second Sunday in Ordinary Time
This is a curious fact, and surely it will not contribute to the salvation of my faithful readers, but will enrich a little more their knowledge of “Catholic Culture” and help them to love more our Church and loving more what we do, after understanding why we do what we do. After the season of Christmas, that ended last Sunday, we begin the Ordinary Time. It’s called like this because there is an orderly continuation from one week to another. Ordinary time began last Monday, after the conclusion of Christmas Time with the Feast of the Baptism of the Lord. This Sunday begins the second week in Ordinary Time, so it’s properly named “Second Sunday.” Yes, you’ve just realized why there will never be a “First Sunday in Ordinary Time” in the Catholic Church’s calendar… so, the “first” is actually the “second”. Now, have some fun and ask your friends about this.
We’ll begin with this Mass a reflection that will extend until Lent, of the first part of the First letter of Paul to the Corinthians. One third of this letter is proclaimed in each liturgical year.
Corinth was one of the most important commercial cities in the Roman Empire. It was built on a strategic position on the isthmus that linked the Peloponnese Peninsula to continental Greece. It was so important that it had two ports, one on the Aegean Sea and another on the Ionian Sea. Anyone traveling from Asia to Italy had to make an obligatory stop on any of these ports. According to Homer, Corinth was founded in the 9th century B.C. and saw its heyday in the 6th and 5th centuries B.C. with its schools of rhetoric and philosophy. About 50 years before Christ Julius Caesar founded a new Roman colony over the ruins of the old city that had been razed 100 years before by the Romans. This new city acquired a new prosperity, that lasted for three centuries. The Romans had divided Greece in two large colonies, Macedonia and Achaia. Corinth was the capital of Achaia.
It had a considerable Jewish community, as can be seen from the fact that there was a synagogue in the city (Acts 18:4). It was also a city with many different religions and with temples dedicated to all sorts of gods – and it was notorious for its low level of morality. Life “Corinthian style” was synonymous with depravity. Saint Paul preached the Christian message in this city, and God’s help enabled him to set the foundations of a flourishing Christian community.
As we’ll begin to listen and reflect about Paul’s first letter to the Christians of Corinth, it’s convenient to have in mind that the place was not a favorable place for the preaching of the Gospel. This way we may understand some expressions and demands from Paul to his fellow Christians brethren of Corinth that will be proclaimed in the coming Sundays as texts for the second readings.
El primer domingo es en realidad el segundo domingo del tiempo ordinario
Este es un hecho curioso, y seguramente no contribuirá a la salvación de mis fieles lectores, pero que enriquecerá un poco más su conocimiento de la "Cultura Católica" y los ayudará a amar más a nuestra Iglesia y amar más lo que hacemos, después de comprender por qué hacemos lo que hacemos. Después de la temporada de Navidad, que terminó el domingo pasado, comenzamos el Tiempo Ordinario. Se llama así porque hay una numeración ordinal de semana a semana. El tiempo ordinario comenzó el lunes pasado, después de la conclusión del tiempo de Navidad con la fiesta del Bautismo del Señor. Este domingo estamos comenzando la segunda semana en el Tiempo Ordinario, por lo que se llama correctamente "Segundo Domingo". Sí, te acabas de dar cuenta de por qué nunca habrá un "Primer Domingo en el Tiempo Ordinario" en el calendario de la Iglesia Católica ... así que, el "primero“ es en realidad el "segundo ". Ahora, diviértete y pregúntales a tus amigos sobre esto.
Comenzaremos con esta misa, una reflexión que se extenderá hasta la Cuaresma, de la primera parte de la primera carta de Pablo a los corintios. Un tercio de esta carta se proclama en cada año litúrgico.
Corinto fue una de las ciudades comerciales más importantes del Imperio Romano. Fue construida en una posición estratégica en el istmo que unía la península del Peloponeso con la Grecia continental. Era tan importante que tenía dos puertos, uno en el Mar Egeo y otro en el Mar Jónico. Cualquiera que viajara de Asia a Italia tenía que hacer una parada obligatoria en cualquiera de estos puertos. Según Homero, Corinto fue fundada en el siglo IX a. C. y vivió su apogeo en los siglos VI y V a.C. con sus escuelas de retórica y filosofía. Unos 50 años antes de Cristo cuando Julio César fundase una nueva colonia romana sobre las ruinas de la ciudad vieja que habían sido arrasadas 100 años antes por los romanos. Esta nueva ciudad adquirió una nueva prosperidad, que duró tres siglos. Los romanos habían dividido a Grecia en dos grandes colonias, Macedonia y Acaya. Corinto era la capital de Acaya.
Tenía una comunidad judía considerable, como se puede ver por el hecho de que había una sinagoga en la ciudad (Hechos 18:4). También era una ciudad con muchas religiones diferentes y con templos dedicados a todo tipo de dioses, y era conocida por su bajo nivel de moralidad. La vida "estilo corintio" era sinónimo de depravación. San Pablo predicó el mensaje cristiano en esta ciudad, y la ayuda de Dios le permitió sentar las bases de una floreciente comunidad cristiana.
A medida que comencemos a escuchar y reflexionar sobre la primera carta de Pablo a los cristianos de Corinto, es conveniente tener en cuenta que el lugar no era un lugar favorable para la predicación del Evangelio. De esta manera podemos entender algunas expresiones y exigencias de Pablo a sus hermanos cristianos de Corinto que serán leídos en los próximos domingos como textos para las segundas lecturas.